quintoelemento

ίδέα o quintoelemento (akasha, india, godai, japón, bon, tibet) constituye la esencia y da forma a todas y cada una de las cosas que nos rodean sean naturales o creadas por nosotros pequeños dioses. Normalmente lo ignoramos, no nos percatamos de ello, solo en algunas ocasiones, raras, fugaces, tomamos conciencia de que algo misterioso nos ha dado un toque, nos ha dejado algo, una alegría o una pena, una idea o una visión fugaz alucinada de mundos desconocidos. Hay, seguro, puertas en el alma que conducen al encuentro de la ίδέα. Solo sucede que hay que buscarlas.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

ίδέα - arké - idea - arquetipo

dodecaedro
arquetipo del griego αρχη arjé, "fuente", "principio" u "origen", y τυπος  typos, "impresión" o "modelo"

es el patrón ejemplar del cual otros objetos, ideas o conceptos  derivan. Los arquetipos sirven de plano de fabricación o molde patrón para que nosotros, los demiurgos -pequeños y falsos dioses- produzcamos las imperfectas creaciones que nos llenan de orgullo o riquezas.

El quintoelemento no nos necesita para existir. Es totalmente independiente y ajeno a nuestra existencia. Tiene su propio mundo que es inaccesible para el nuestro, no es posible viajar físicamente allí. Es un no lugar en un no tiempo.


representación moderna desordenada
Forma el conjunto de cinco elementos al agregarse a los restantes cuatro elementos terrestres: tierra, agua, aire y fuego (ordenados por su liviandad creciente). En la cerámica hindú que puede verse más abajo están representados los cinco elementos. El quinto ocupa el centro. En su expresión platónico geométrica a cada uno de los cinco elementos les correspondían los primeros cinco sólidos regulares. Al quintoelemento le corresponde el sólido de 12 caras pentagonales cuyo nombre es dodecaedro (el más esférico de todos). Al fuego le corresponde el más simple y ligero, pero también el más áspero, el tetraedro. Al aire le corresponde el octaedro. Al elemento agua lo hace el icosaedro y, finalmente al elemento tierra, el más compacto y compactable, el cubo.

El Universo según Kepler
Johannes Kepler un célebre astrónomo danés que se escribía regularmente con Galileo (siglo XVII) logró construir un modelo del universo platónico en el cual los cinco sólidos regulares encajaban a la perfección y ordenadamente desde el más pesado, el elemento tierra, al más liviano, el quinto elemento que rodeaba a todos los restantes (la figura de la izquierda corresponde a dicho modelo kepleriano del universo).
Sorprendentemente la relación de las distancias entre los centros de los sólidos en el modelo se ajustaban muy bien con las distancias reales existentes entre el sol y los seis planetas conocidos entonces. Este resultado, en su forma matemática, se conoce aún hoy como la Segunda Ley de Kepler del movimiento planetario.
La noción de ίδέα que ancla en los filósofos pre-socráticos (o, incluso antes de ellos y lejos de Grecia) es tomada luego por Sócrates y de él pasa a Platón, su discípulo preferido y el defensor de sus ideas más conocido de  la Antiguedad. Mucho más tarde, "adaptando" las ideas de Platón a través de los puntos de vista de Aristóteles, Santo Tomás de Aquino consiguíó hacerlas "aceptables" para el occidente cristiano y la interpretación del libro sagrado, La BIblia. En este proceso ideológico el quintoelemento se disolvió, junto con las ideas de causa primera o primer motor y de eternidad en acto, en la figura de Dios.
Los Cinco Elementos Cerámica Hindú

Las Formas  Platónicas son conceptos, inteligibles, inmutables, individuales y eternos: son, por tanto los verdaderos seres. Además son causa del mundo sensible. Los Entes Sensibles (materiales) no son sino reflejos de las Formas.

En la alegoría de la caverna, Platón establece la distinción entre dichos mundos:

* En el mundo sensible nos encontramos en primer lugar las imágenes de los objetos, a las cuales llegamos a través de nuestra imaginación y de nuestra memoria. A los objetos sensibles, en cambio, llegamos a través de los sentidos y con ayuda de una mejor iluminación, pero siguen siendo sombras. Por tanto las imágenes como los objetos no producen un conocimiento certero y seguro (ciencia o episteme) sino opinión o doxa.

* Superando el mundo sensible nos encontramos con el mundo inteligible, el mundo de las ideas. Las ideas son objeto de conocimiento de la ciencia suprema: la Dialéctica, mientras que las matemáticas y otros saberes (astronomía, música, geometría) son objeto de conocimiento de la razón discursiva (en griego, diánoia).

Por una parte, la física, ciencia que estudia la naturaleza (φύσις physis) no sería ciencia sino doxa puesto que no tiene por objeto el conocimiento de las Formas sino de lo que es Sensible (como se indica repetidas veces en el Timeo). Por otra parte, las Matemáticas (y otras ciencias afines) y  la Dialéctica, son consideradas por Platón como conocimiento cierto y seguro, destacando la Dialéctica dado que en un sentido estricto es la ciencia suprema pues alcanza la comprensión del principio incondicionado o absoluto (las matemáticas nos darían hipótesis y preparan nuestra mente para la dialéctica).

Las Formas aparecen jerarquizadas y en la cima de todas ellas nos encontramos a la Forma del Bien, fuente de ser y de verdad de todas las demás Formas. Las Formas o ideas se relacionan entre sí de un modo complejo, y no es fácil captar esas relaciones, como se explica en el Diálogo que lleva como título El Sofista. Después de la Idea de Bien tenemos las de la Belleza y la Justicia, todos los conceptos éticos, los matemáticos y, por último las ideas de los entes materiales.
La jerarquía de las formas:
¿al ίδέα o al shopping?

  • el Bien
  • la Belleza
  • la Justicia
  • la Etica
  • la Matemática
  • la Naturaleza (los entes materiales como idea y no como cosas sensibles)
Tanto la dualidad de opuestos sensible-inteligible, como la propia existencia y jerarquía de las formas propuestas por Platón fueron ampliamente criticadas, rescatadas y rechazadas,  por diversas filosofías posteriores.
    Según Carl Jung, quien se reconoce deudor de Platón y de Kant, plantea en "Realidad del alma" que existirían tres puertas o senderos que nos llevarían a esos arquetipos : la puerta del Conocimiento, la del Poder y la del Amor.  Jung en "Recuerdos, sueños, pensamientos", nos deja, en una bella metáfora, su pensamiento:

    "La vida se me ha aparecido siempre como una planta que vive de su rizoma. Su vida propia no es perceptible, se esconde en el rizoma. Lo que es visible sobre la tierra dura sólo un verano. Luego se marchita. Es un fenómeno efímero. Si se medita el infinito devenir y perecer de la vida y de las culturas se recibe la impresión de la nada absoluta; pero yo no he perdido nunca el sentimiento de algo que vive y permanece bajo el eterno cambio. Lo que se ve es la flor, y ésta perece. El rizoma permanece."


    quintoelemento                                                       

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